
Por Isabel Fernández del Castillo
Los mediquitos
Siempre he pensado que la mente tiene poderes mágicos sobre la salud. Cuando mis hijas eran pequeñas, utilicé deliberadamente esa idea para alimentar su confianza en la inteligencia de su cuerpo.
Cuando eran pequeñas no se libraron de algunas enfermedades habituales en la infancia. Cuando les daba algún remedio, les contaba que en realidad lo que curaban eran los mediquitos. No se me ocurrió otra forma más adecuada a su edad de nombrar a su sistema inmunitario. Sobre todo quería que supieran que la naturaleza es prodigiosa, que su cuerpo tiene capacidades increíbles, y que confiaran en la infinita inteligencia del cuerpo, de su naturaleza.
Un día, cuando ya eran adolescentes les pregunté qué pensaban ellas cuando les hablaba de los mediquitos. Me contaron que se imaginaban a unos pitufos minúsculos que patrullaban constantemente dentro de su cuerpo y que lo curaban todo. Me pareció genial, muy cercano a lo que se puede ver en este vídeo.
Quiero aclarar que no creo que confiar en que el cuerpo es sabio sea suficiente para mantener una buena salud, sino un elemento más entre otros factores importantes como el sentirse amado/a, una buena alimentación, el juego o el contacto con la naturaleza, por mencionar algunos. Y una buena asistencia sanitaria cuando es necesario, claro.
Mientras tanto, en el año 2012 descubrí un libro imprescindible, La biología de la creencia, que explica como las creencias, las emociones, y la programación mental influyen en la salud. La contraportada dice así:
“La biología de la creencia es un libro revolucionario en el campo de la biología moderna. Su autor, un prestigioso biólogo celular, describe con precisión las rutas moleculares a través de las que nuestras células se ven afectadas por nuestros pensamientos gracias a los efectos bioquímicos de las funciones cerebrales. Con lenguaje sencillo, múltiples ilustraciones, humor y ejemplos actuales, el doctor Lipton explica que los genes y el ADN no controlan nuestra biología, sino que es el ADN el que está controlado por las señales procedentes del medio externo celular, entre las que destacan los poderosos mensajes que provienen de nuestros pensamientos positivos y negativos. De esta manera, nuestro cuerpo puede cambiar realmente si reeducamos nuestra forma de pensar”.
Los pitufos (smurfs) fueron unos personajes creados por Pierre Culliford, más conocido como “Peyo” (1920-1992), un dibujante belga de historietas, creador de las exitosas series Johan y Pirluit y Los Pitufos.